Un domingo en Ville-d’Avray es una historia que nos dice más por lo que no cuenta que por lo que realmente cuenta.
Una vez que las personas llegan a esa edad en la que se han dejado atrás los sueños de juventud, ¿cómo se consigue combatir la rutina, distinguir el paso monótono de los días, esquivar la melancolía de una existencia de la que, como si de una tarde de domingo se tratara, no esperamos ya ninguna sorpresa?
Leer esta novelita es un desafío. Dominique Barbéris nos pone elegantemente ante el espejo para que nos veamos reflejados en sus personajes, y nos sitúa ante el abismo de nuestro propio ser, en un juicio sumarísimo donde somos a la vez víctimas, acusados y jueces, porque a nadie más podemos reprochar lo que hayamos gozado o desaprovechado del tiempo que nos ha sido concedido.
el 8 de julio de 2021
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